YOGA

EL YOGA HOY EN DÍA

Nunca dejan de sorprenderme las preconcepciones acerca del yoga. El yoga como ejercicio, el yoga para la espalda, el yoga para relajarse, el yoga místico, etc…

A todos nos han recomendado hacer yoga en algún momento, tenemos más o menos claro que es bueno, pero no sabemos muy bien por qué, y muchos creemos (o creímos) que no va con nosotros.

Pues bien, vamos a regresar al origen de todo este embrollo. La palabra en sánscrito yoga proviene del verbo yuj- que significa unir, juntar, y del cual derivan términos en castellano tales como yugo (unir las cabezas de dos bueyes) o conyugal (haciendo referencia a dos personas unidas en matrimonio).

Los yoguis y yoguinis hemos leído sobre esta etimología en toda conceptualización del yoga habida y por haber, precisamente porque esa es la clave para entender su misión. Yoga es unión. ¿Pero qué es lo que queremos unir? La respuesta es más simple de lo que parece, y en su simplicidad radica su complejidad. Dejad que me explique.

Leemos acerca de la unión con lo Divino, desde la perspectiva más religiosa. La unión de lo terrenal y tangible con lo etéreo y lo intangible desde el punto de vista más espiritual. El binomio cuerpo – mente contemplado por los ateos o agnósticos, etc…

Nada deja de ser cierto y, al mismo tiempo, todo es más simple. Yoga es unirte a ti mismo. ¡Ya está! Espera, no dejes de leer aún, piénsalo un par de segundos, hazte algunas preguntas, cuestiónate por unos instantes lo que acabo de afirmar. ¿Crees que estás unido a ti mismo?

¿Eres de los que van con el piloto automático la mayor parte del tiempo? Con la interminable lista de tareas y responsabilidades que colman tu día es harto complicado pararte un segundo a cuestionarte si eso es lo que quieres hacer, estudiar, dedicarte, trabajar, etc. Esto confronta mucho con nosotros, porque la mayoría no queremos indagar demasiado en esas reflexiones, principalmente por miedo a lo que podamos descubrir.

Por otro lado, vivimos en la sociedad del entretenimiento, piensa bien en la palabra entretener, distraer o pasar el tiempo. Se trata de mantener ocupados tus sentidos y tu mente mientras tu vida pasa. ¿Tanto miedo tenemos a estar solos con nosotros mismos que necesitamos un estímulo constante? Los smartphones nos lo han servido en bandeja de plata, ya tienes tu entretenimiento 24 horas disponible, 365 días al año.

Haz un ejercicio de memoria ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste del silencio? ¿De un paisaje? ¿De un paseo? ¿De no hacer nada? ¿Cuándo fue la última vez que no te dio miedo aburrirte? Aburrirse hoy día es casi un pecado mortal, pero, ¿qué hay tras esa fobia? Hay un miedo al vacío, que nos obliga a buscar algo con que llenarlo constantemente.

Yoga es hallar esa unión para descubrir que no estamos vacíos, que somos mucho más que nuestros actos, palabras, autoconceptos, emociones. Yoga no es añadir nada a tu vida, sino todo lo contrario, es quitar. Quitar capas de miedos, de creencias erróneas, de juicios, de sufrimiento innecesario. Yoga es parar esa mente “saltamontes” que pasa de un pensamiento a otro a la velocidad de la luz incesantemente, que no nos deja ver con claridad.

Visualiza un estanque con las aguas agitadas. Todo lo que hay en ese estanque está revuelto, el agua está turbia. ¿Crees que te sería fácil ver lo que contiene ese estanque? Sin embargo, si esperamos a que el agua se calme, a que el lodo se pose en el fondo, sólo entonces podremos ver más allá de la superficie.

Pues así funciona tu mente. Yoga es parar las fluctuaciones mentales para enfocarnos en el momento presente. Yoga no es llegar a ningún sitio, es despertar, arrojar algo de luz donde antes había oscuridad, hacernos plenamente conscientes.

Las asanas (las posturas de yoga), los mantras (los cantos) o los pranayamas (ejercicios de respiración) son sólo un medio para llegar a esa unión.

Podría haber llenado este post de términos en sánscrito para definir la filosofía del yoga, o haber citado los textos sagrados del maestro Patanjali, pero, como he dicho al principio, podemos simplificarlo mucho más, al menos para hallar un punto de partida.

No digo que sea fácil, ni digo que sea rápido, ya te aviso que te va a llevar toda la vida. Pero lo que sí te puedo adelantar, basándome en mi experiencia, es que los momentos en los que estés conectado, serán con toda probabilidad el bálsamo que estabas buscando, el oasis de paz que tu mente ansiaba y tu alma añoraba.

¡Om Shanti!

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar